Los árabes no jugaban al ajedrez en silencio. El silencio se impone en la modernidad, la Edad Media tampoco se asocio ajedrez y silencio. Cuando una pareja de jugadores se enfrentaba, solía formarse a su alrededor un grupo de aficionados que comentaban la partida y proponían movimientos. Esto sucede aun en los cafés, en las peluquerías, en las carpas, etc. y no es mal visto, porque esta forma lúdica; no es competitiva.
La convivencia diaria tiene sus normas que aceptamos, acatamos y respetamos por un principio de rectitud, si convenimos en un reto admitimos sus reglas. El ajedrez tienes las propias que se adecuan a los tiempos. Decenas de años antes, nadie imagino un sonido, dentro de la sala de juego de ajedrez profesional proveniente de un aparato de comunicación personal, importunado la reflexión del contendiente y la propia. Esta distracción se extiende a los ajedrecistas que compiten en mesas contiguas.
Nadie duda de la necesidad del silencio por ser esta una condición para la concentración. Es la misma condición que se aplica dentro de una ópera a los asistentes, se impone el silencio a los celulares para gozar de la obra y por respeto a la coexistencia. Desfavorable e incomodo seria estar escuchando los varios sonidos telefónicos a lo largo de la representación musical o durante las largas horas de una justa ajedrecística, a más de escuchar de quien contesta; su charla por breve que sea.
Lo importante en un torneo es que se respeten las normas para jugar el mejor ajedrez, con las pautas propias que exigen silencio. Llevar el celular funcionando, ¿no es un mucho; de me importan poco los demás? ¿Qué pasa si el celular está en modo de vibrador? ¿Eso también se penaliza? ¿Y si solamente suena un tono advirtiendo que al usuario le llegó un mensaje"?
Las quejas por el sonido de los celulares dentro de una partida, además del descontento por supuestos envíos de movimientos o jugadas - que es posible dentro de la tecnología - supuso por parte de la FIDE una decisión: la prohibición de los celulares "prendidos" dentro de una sala.
El ajedrez incrementa la capacidad de decisión, mediante la elección de una, entre varias alternativas. Si la norma del silencio es inherente al ajedrez,¿porque no consolidamos esta opción? -apagar los celulares- como la mejor; en bien del juego y sus resultados.
Esta medida no va en contra de la idea del ajedrez, ni de la competición muy al contrario. Lo importante de un torneo es que se juegue en las mejores condiciones de ecuanimidad dentro del silencio. Quienes juegan se responsabilizan de sus actos y decisiones, es parte de la pedagogía del ajedrez. Quienes aprenden el juego ciencia desde niños obedecen sus pautas de conducta, entre ellas: el respeto por los demás; eso nos enseña el ajedrez desde muy niños ¿no es así?
Dr. Gabriel Capó Vidal.
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