El conocimiento es útil cuando se vive.
Teóricamente, podemos aprender de los libros con los básicos
conocimientos de lectura, pero no es enriquecedor. Los niños requieren
respuestas afectivas, cubrir su necesidad de relación. Por ello no concuerdo
con la frase “Los ajedrecistas se hacen solos” de Manuel López Michelone. El
narcisismo es el polo opuesto de la objetividad, la razón y el amor.
Una forma elemental de conocimiento, es la sensación, una
expresión no interpretada, ni necesariamente relacionada con experiencias
previas. Nuestras sensaciones son la parte principal, del darnos cuenta de
algo. Estas impresiones viajan por las terminaciones nerviosas e informan a
nuestros órganos de los sentidos, de los estímulos externos.
Hablemos de la percepción. Si observamos una serie de figuras de ajedrez
en una posición determinada, no afirmamos que únicamente son piezas de ajedrez
colocadas al azar. Somos capaces de un proceso de contar, de relacionar y de
descubrir la colaboración entre las figuras del ajedrez y darles un sentido
integral, interpretativo en relación con conocimientos matemáticos,
geométricos, ajedrecísticos. Podremos enunciar en su caso que las blancas darán
jaque mate en seis jugadas más.
Son estas apreciaciones manifestaciones del conocimiento, de un
valor mas alto que el de la sensación original y son posibles por una razón.
Cuando las sensaciones primitivas (funciones elementales del conocimiento) se
analizan, y se relacionan con experiencias anteriores, adquieren el significado
de percepciones.
Pensamiento mágico.
Con un poco de imaginación podríamos visualizar a un ser humano
prehistórico que una mañana se decide a capturar animales y que obligado por
las inclemencias atmosféricas, pernocta lejos de su cueva, apartado de su clan,
en cualquier paraje, cansado de un infructuoso recorrido. En una noche de luna,
la luz que esta emana, se posa en la lanza del cazador, este agotado,
semidormido la distingue por el reflejo. Al otro día hambriento parte de
cacería y hábilmente consigue varias presas. Jubiloso comparte con sus amigos
su descubrimiento, el gran secreto: “Deben dejar las lanzas la noche previa a
la cacería serenadas a la luz de la luna, y la caza será abundante” y agrega”
Si la luna no se refleja sobre el arma será infructuoso el salir.
La idea del reflejo lunar sobre la lanza asociado al éxito en la
caza se llama pensamiento mágico. Este pensamiento mágico produce lo que se
conoce como ritos que pretenden lograr resultados utilizando falsas relaciones
de causa a efecto. Cuando algunos de los hombres de su horda fracasan,
cuestionan al compañero de caza: Por qué a ellos no les funciona, ¿por qué han
tenido mala caza a pesar de seguir sus recomendaciones? Él les menciona su
falta de fe, o bien la presencia de espíritus malignos que interfieren.
Este pensamiento mágico es ineficaz debido a la falsedad de sus
principios en los que se funda, es un pensamiento infantil, rudimentario Se
puede apreciar que este pensamiento arcaico aún se encuentra presente en
algunas mentes. ¿Alguien conoce a un ajedrecista que atribuyen a su fetiche, o
a muñequitos que pone en la esquina de la mesa de juego, sus victorias?
El triunfo de la inteligencia y la cultura.
A esta forma de pensamiento mágico le siguió el empírico, base del
pensamiento científico. Momento histórico en que el hombre modifica su entorno,
es el asunto de personaje antiguo que observa que las semillas que tiro en el
suelo han producido una mata y que el prodigio puede repetirse, se llegó al
conocimiento derivado de la experiencia. Este suceso dio paso al sedentarismo y
a las grandes civilizaciones. El pensamiento se tornó práctico, eficaz. Este
avance en el pensamiento permitió una de las etapas más significativas en el
desarrollo de la cultura, es el triunfo de la inteligencia sobre el
primitivismo mágico.
Estos nuevos conocimientos como el saber sembrar, el forjar
metales, etc. se trasmitió de generación a generación por medio de la tradición
oral. Fue un almacenamiento de conocimientos sobre diferentes especies del
saber y que se trasmitieron a través de la enseñanza. El ajedrez se remonta
dentro de las leyendas a tiempos milenarios, algunos autores ubican su origen
en los egipcios, los mas entre la cultura árabe, sé sabe más de este juego a
partir de la edad antigua y de la edad media.
Los conocimientos al través del tiempo van separándose en grandes
grupos o sistemas según el objeto al que se refieran, así nacen las ciencias.
En los inicios del pensamiento científico se estreno un sistema de conocimiento
ordenado, regido por determinas leyes que después recibió el nombre de lógica
es la parte más sólida y útil de la filosofía, del saber. El hombre confió en
la certeza de su pensamiento.
El ajedrez paso por esta etapa de pensamiento mágico recordemos a
los “magos” del ajedrez que debido a su “encantamiento” lograban grandes
hazañas enigmáticas. Steinitz fue un pensador profundo, un gran descubridor que
se percata de que los triunfos no son fortuitos, que obedecen la colección de
pequeñas ventajas.
Una forma última de conocimiento integral deriva directamente de
la experiencia personal. Asentemos un ejemplo; El de un ordeñador de vacunos,
que vive en un medio rural. Por más que imaginemos la situación e intentemos
vivirla con intensidad en la mente, nunca tendremos el conocimiento real de la
situación como seria el haber ordeñado a una vaca, de haberlo vivido, de
haberlo experimentarlo.
Un libro, un buen documental sobre el método de ordeña nos podrá
dar un conocimiento más profundo, nos indicara técnicas, precauciones, higiene,
del peligro de la pisada de una vaca, etc. Esto debido a la naturaleza del
libro ó del film simbólica y comunicativa. Pero en la práctica únicamente el
estar ahí; el percibir el olor del establo, el oír el bramido del rumiante, el
tocar sus ubres, el hacerlo varias veces nos indicará la suavidad o fuerza que
se debe utilizar por parte de nuestros dedos para una efectiva ordeña.
El entrenamiento nos hace confirmar nuestro estar al tanto,
aprendemos de la práctica diaria y se llega a ser un experto. Cualquiera puede
entender en libros y en películas. Pongamos otro ejemplo, las guerras, el
horror, de los bombardeos, el sonar de las sirenas, el hambre, la falta de
víveres, del agua, los gemidos de dolor de los heridos, el olor a metralla y
las hambrunas que generan estas beligerancias. Todo ello, nos lo podríamos
imaginar. Pero nunca tendríamos el conocimiento de esta situación de la que
tendríamos, si realmente hubiésemos estado ahí.
Es certísimo, no se necesita que todos estos sucesos nos tengan
que ocurrir para poderlos comprender, pero en el caso del conocimiento
ajedrecístico como en otros, deberemos experimentar en nosotros las
sensaciones, los incipientes análisis, los avances en las percepciones.
Nuestros aciertos por medio de los adiestramientos, mejoraran través de
variadas técnicas pedagógicas, Se evoluciona dentro de un contexto de sabiduría
y de intercambio de ideas. Los niños y jóvenes se adiestran, consiguen interés,
conocimiento, respeto y responsabilidad. Los jóvenes ajedrecistas tienen que
estar en los entrenamientos. Para después en casa seguir estudiando,
averiguando.
Si el conocimiento es vivido, por el sujeto, esto lo enriquece, y
obtiene conocimiento de las personas y del mundo a través de la práctica, de la
experiencia fundamento mismo de la educación y si esta la analizamos y la
referimos a marcos lógicos adecuados, entonces pasa a formar parte de nuestro
pensamiento científico. Es el caso de muchas ciencias, el del ajedrez también.
Un orientador calificado reciba el nombre de maestro, profesor,
preceptor o entrenador debe poseer humanidad, vocación y nociones para que el
alumno reciba el beneficio de una enseñanza milenaria que sé trasmitió en sus
orígenes de boca en boca, que se almaceno en la memoria colectiva por cientos
de años, noción y que después se totaliza en los libros, para que no se
extravíe. (En el caso del ajedrez en 1561 se publica Libro de la invención
liberal y el arte del juego de axedrez por De Ruy López)
La frase “El ajedrecista se hace solo” es un salto atrás, es un
grado de narcisismo no compatible con la cooperación social. El humano tiene
que relacionarse a sí mismo, con otros para encontrar la forma de sustituir las
raíces que en la naturaleza le concedió a los demás animales (instinto) La
supervivencia emocional es la necesidad de estar relacionados con otros para
defenderse, para jugar, para educarnos, para trasmitir conocimiento y obtener
satisfactores.
Hoy podemos recurrir a los libros, a las ilustraciones, justo como
lo maduraron los primitivos, junto a una fogata, en el interior de una caverna,
enseñando a sus vástagos las pinturas rupestres de los animales que existían en
su contorno (fuente de nutrimentos) y la forma de cazarlos. La Actual pedagogía
es la continuación de esa inmemorial tradición oral que nos legaron nuestros
antepasados. Dentro del ajedrez es; el recrear e investigar sobre un tablero de
ajedrez las remotas proezas guerreras, protagonizadas por los pretéritos
maestros mundiales y la de los novísimos maestros, supervisados por el consejo
de un experimentado preceptor para después seguir indagando dentro de los
libros en el calor del hogar. En un sorprendente viaje de retroalimentación.
Es indiscutible que todas las madres de los niños y adolescentes
ajedrecistas, se complacen de que sus vástagos amen lo que tienen, pero no les
impiden procurar lo que quieren, y lo que ambicionan. En resumidas cuentas, esto es: más amor, más conocimientos, más reconocimientos. Por ello son
plenamente luminosos, es parte de su vivir
Dr. Gabriel Capó Vidal.
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